Es la cuarta causa de muerte a nivel global y en el país su prevalencia es del 14,5%. Pese a ser una patología prevenible y tratable, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica tiene una tasa de mortalidad ocho veces mayor que el asma bronquial. Por qué los fumadores le restan importancia a sus síntomas.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una patología caracterizada por una limitación al flujo aéreo de las vías respiratorias producto de anormalidades causadas por la exposición a gases nocivos de los cuales el más frecuente es el humo del tabaco.
Si bien es menos frecuente que el asma bronquial (la enfermedad respiratoria crónica más común) tiene una tasa de mortalidad ocho veces mayor. Cabe destacar que es una afección común, prevenible y tratable, y su prevalencia está directamente relacionada al hábito de fumar, aunque en países en vías de desarrollo también se consideran otros factores tales como el humo de leña, antecedentes de infecciones respiratorias en la infancia o la exposición a otro tipo de gases.
Estudios epidemiológicos de hace unos años atrás revelaron que hay unas 350 millones de personas en el mundo con EPOC -lo que corresponde a una prevalencia del 11% de la población mundial- y que esta enfermedad causa alrededor de tres millones de muertes por año (5,6% de las muertes mundiales), dato que la posiciona como la cuarta causa de muerte a nivel global.
En la Argentina, la EPOC tiene un 14,5% de prevalencia en la población mayor de 40 años y se da más en hombres que en mujeres
Además, se observa un incremento mundial de casos desde un valor estimado de 149 millones de sujetos en 2005 a 174,5 millones en 2015 lo que significa un 17% de incremento en la prevalencia general. De continuar esta tendencia, se espera que en 2030 el número ascienda a 4,5 millones de muertes.
En lo que respecta a la Argentina, el único estudio que arrojó datos al respecto es el de EPOC.AR. Según sus resultados, esta enfermedad tiene un 14,5% de prevalencia en la población local mayor de 40 años y se da más en hombres (18%) que en mujeres (11%).
De la población estudiada al azar, un 70% tenía antecedentes de tabaquismo activo o ex tabaquistas y en la población de no fumadora, un 8% se demostró una prevalencia de EPOC en relación a antecedentes de tabaquismo pasivo, tuberculosis pulmonar o asma bronquial en la infancia mal controlado.
A su vez, se demostró una elevada tasa de subdiagnóstico ya que sólo un 22% de los sujetos diagnosticados en dicho estudio se conocían como pacientes con EPOC.
«Se debe sospechar la posibilidad de EPOC ante todo paciente con más de 40 años con historia de tabaquismo que haya fumado más de 10 paquetes por año y que presente síntomas respiratorios crónicos como disnea o tos habitualmente matutina y con expectoración», destacó el médico neumonólogo Gastón De Stefano.
El especialista del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba) insistió que «es importante tener en cuenta que los fumadores le restan importancia a sus síntomas por lo que se debe hacer un seguimiento riguroso de los mismos a todos los fumadores a partir de los 40 años».
El último estudio en el país arrojó que de la población estudiada al azar, un 70% tenía antecedentes de tabaquismo activo o ex tabaquistas
Para poder diagnosticar EPOC, la espirometría es el método más utilizado. Consiste en un estudio que permite detectar las obstrucciones al flujo aéreo persistente y así poder estadificarlo desde grado leve a muy severo.
«Para su tratamiento hay diferentes opciones farmacológicas -broncodilatadores de acción corta o prolongada y corticoides inhalados- como así también otras medidas que ayudan a aliviarlo -ahondó el especialista-. Hay también tratamientos innovadores que aún están en etapa de experimentación, aunque ninguno de ellas cura o cambia el curso de la enfermedad, solo alivian los síntomas y disminuyen la frecuencia de las exacerbaciones».
Más allá de los medicamentos, ¿qué se puede hacer para tratar el EPOC? «Para comenzar, lo principal es dejar de fumar. Esta es la medida más eficaz. Retrasa la pérdida de función pulmonar y mejora la sobrevida, cambiando el curso de la enfermedad», sintetizó De Stefano, quien además, recomendó:
– No usar cigarrillos electrónicos para dejar de fumar. Es importante aclarar que si bien mucha gente los usa, estos aparatos están prohibidos por la Sociedad de Neumonología como método de cesación tabáquica porque tienen tóxicos y mantienen el hábito.
– Hacer ejercicio de manera regular. Puede ser gimnasia, deporte o paseos. Tanto en fumadores como no, moverse disminuye el riesgo de desarrollar la enfermedad en el futuro. Para aquellos pacientes que persisten con síntomas luego de agotar todas las medidas terapéuticas, también se pueden indicar programas de rehabilitación, que luego deben continuar con ejercicios en su domicilio.
– Comer bien. Mantener una dieta variada y equilibrada (no se aconsejan suplementos nutricionales) y una buena hidratación.
– Vacunarse. Contar con las vacunas antigripales anuales ha demostrado reducir las exacerbaciones. A su vez, los pacientes de 65 años y aquellos menores a esta edad pero con estadios avanzados de la enfermedad, deben darse la vacuna antineumocócica.
«La tendencia actual es el manejo individualizado del paciente con EPOC, utilizando las diferentes estrategias farmacológicas en cada paciente de acuerdo a su sintomatología, pero sin olvidar la medida general más importante que debe ser aplicada a todos los pacientes -que cambia la evolución y el pronóstico de la enfermedad- que es el dejar de fumar. Dada la alta tasa de subdiagnóstico y la escasa utilización de la espirometría como método de screening son necesarias mayores estrategias sanitarias para una mayor conciencia de la enfermedad en la población», concluyó el neumonólogo.
Con motivo del día mundial de la EPOC, que se conmemora hoy, hasta el 30 de noviembre se realizarán espirometrías gratuitas en Mautalen Salud e Investigación. Para solicitar turno, comunicarse de lunes a viernes, de 9 a 16, al (011) 4514-3400 o personalmente en Azcuénaga 1860, 1er. piso, CABA.