La larma sonó hace varios años, pero las cifras continúan creciendo y el panorama no es el mejor para el futuro, de no corregir ciertos hábitos. La diabetes crece a pasos agigantados, en la Argentina y en el mundo.
En el Día Mundial de la Diabetes, 2013 marca el quinto y último año de la campaña 2009-2013 de la Federación Internacional de Diabetes sobre ‘Prevención y Educación de la Diabetes’. El eslogan elegido para este año es «Diabetes: protejamos nuestro futuro», ya que se estima que para el año 2030, 1 de cada 10 adultos podría padecer este mal.
En la Argentina la prevalencia de diabetes es del 9.6 por ciento de la población, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. «Se trata de una cifra preocupante, y que va en aumento», alertó a LA NACION la doctora María Cristina Faingold, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD).
«A esto se suma que alrededor del 50 por ciento de las personas que desarrollan diabetes tipo 2 desconocen este hecho y son diagnosticadas tardíamente. Se estima que entre el inicio de la enfermedad y el diagnóstico transcurren entre 8 y 10 años, tiempo en el cual se suelen desarrollar complicaciones», precisó.
De hecho, aseguró que del total de personas con diabetes se estima que casi 75% sufrirá insuficiencia renal, retinopatía, accidentes cardiovasculares u otras complicaciones.
«Con lograr cambiar ciertos hábitos de vida en los pacientes, sería posible retrasar la aparición de la enfermedad, e incluso en muchos casos, impedir que ésta se manifieste. Se hace adoptando hábitos saludables, mediante la incorporación de actividad física programada y planes de alimentación específicos», amplió la experta.
¿Qué es la diabetes?
«La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona necesaria para que el organismo pueda transformar el azúcar, el almidón y otros alimentos en energía. El azúcar es el combustible esencial para las células del organismo y la insulina transporta el azúcar en la sangre hacia las células», indicó Faingold.
Diabetes tipo 1: se caracteriza por la absoluta insuficiencia de la hormona insulina, que tiene una función vital en el control de los niveles de glucosa en sangre, un nutriente importante del cuerpo
Diabetes tipo 2: es la clase de diabetes más común. En la diabetes de tipo 2, el organismo no produce suficiente insulina o las células ignoran la insulina. Cuando la glucosa se acumula en la sangre en lugar de penetrar en las células, pueden presentarse dos problemas: en lo inmediato, las células pueden quedar privadas de energía. Y con el paso del tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre pueden dañar los ojos, los riñones, los nervios o el corazón.
Alrededor del 90% al 95% de todos los pacientes diabéticos tienen diabetes tipo 2. Y cerca del 80% de las personas a quienes se les ha diagnosticado diabetes tipo 2 son obesas en el momento del diagnóstico.
En el mundo hay más de 347 millones de personas que padecen esta enfermedad, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La médica endocrinóloga María Alejandra Rodríguez Zía, amplió los cuidados a tener frente a la enfermedad: «Podemos afirmar que la diabetes II, que es la más común, se presenta como consecuencia de una alimentación con alto consumo de azúcar. Esto, sumado a elevados niveles de estrés y el desarrollo de obesidad, son los principales factores que derivan en el mal funcionamiento del páncreas y su producción de insulina, y en este tipo de diabetes».
Según la especialista, casi el 80 por ciento de las muertes por diabetes se producen en países de ingresos bajos o medios.
Causas emocionales
«Está comprobado que las emociones afectan los niveles de glucemia. Por eso, la diabetes originada por las tensiones nerviosas y conflictos emocionales, es la llamada «diabetes emotiva»», explicó Rodríguez Zía.
La experiencia con pacientes demuestra que aunque un diabético no haya comido durante más de 15 horas, puede tener una glucosa en sangre arriba de lo normal por haber pasado una situación de angustia, ira o ansiedad.
«Esto tiene una explicación hormonal muy clara: cada vez que nos ponemos nerviosos sube un neuroquímico llamado adrenalina, y esta sustancia estimula directamente la glándula suprarrenal aumentando el cortisol. Estas dos sustancias normalmente suben el azúcar en la sangre, sacándola del hígado, y así se producirá un cuadro de hiperglucemia en un diabético», destacó la experta.
Diabetes y alimentación
Es frecuente oír que las personas con diabetes tienen necesidades nutricionales diferentes del resto, y que tienen «prohibidos» ciertos alimentos.
«Se sabe que la Diabetes tipo 2 está fuertemente asociada a los malos hábitos alimentarios, como el consumo excesivo de grasas saturadas, azúcares refinados y sodio. Pero no existen «alimentos prohibidos», sino que hay opciones más saludables y menos recomendables. La clave es la selección, la moderación en el tamaño de las porciones y la frecuencia con que consumimos estos alimentos», afirmó la doctora especialista en Nutrición, María del Pilar Quevedo, de la Fundación Cardiológica Argentina.
La experta indicó que es un mito que las personas con diabetes deben comer alimentos especiales para diabéticos. «Un plan saludable es igual para todos, bajos en grasas (especialmente saturadas y trans) y moderado de azúcares simples y sodio. Aquí también la clave está en la selección, moderación y frecuencia del consumo», agregó y destacó aumentar el consumo de líquidos, preferentemente agua, evitando las bebidas azucaradas.
Sobre la Diabetes tipo 1
Si hay algo que tienen en común el director y creador de Star Wars , George Lucas, la escritora Anne Rice y la ganadora del Oscar, Halle Berry, es que todos ellos viven con diabetes tipo 1. Si bien se suele presentar en la juventud, la incorrectamente llamada «diabetes juvenil» puede aparecer en cualquier momento de la vida y es necesario conocer sus signos para tratarla a tiempo.
Hoy, unos 200 mil argentinos viven con esta enfermedad crónica y las complicaciones que esta conlleva. Según los expertos, un diagnóstico temprano y un buen control del tratamiento, son puntos clave para un estilo de vida saludable.
«La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos, que afecta a diferentes órganos y tejidos, e incapacita al organismo de utilizar los alimentos adecuadamente. Esta enfermedad crónica se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre. Mientras en la diabetes tipo 1 hay un déficit absoluto de insulina, en la tipo 2, el cuerpo produce insulina pero o no es la suficiente o el cuerpo no puede utilizarla adecuadamente», precisó el doctor Rubén Gustavo Kliger, médico especialista en Nutrición.
En general, la diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos, que afecta a diferentes órganos y tejidos, e incapacita al organismo de utilizar los alimentos adecuadamente. Esta enfermedad crónica se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre. Mientras en la diabetes tipo 1 hay un déficit absoluto de insulina, en la tipo 2, el cuerpo produce insulina pero o no es la suficiente o el cuerpo no puede utilizarla adecuadamente.
Si bien se desconoce su causa exacta, la historia familiar y la genética juegan un papel importante, y los hijos de diabéticos tienen un alto riesgo de desarrollarla. Según el especialista, cada día 200 chicos menores de 15 años son diagnosticados con diabetes tipo 1 en el mundo.
«Clásicamente se describe una tríada característica como señal de la aparición de diabetes: sed excesiva, orinar frecuentemente y aumento de apetito. La pérdida involuntaria de peso también debe alertarnos sobre la probabilidad de estar ante el inicio de esta en enfermedad. También es probable que el diabético a menudo se sienta cansado porque el cuerpo no puede convertir adecuadamente la glucosa en energía», agregó Kliger.
Riesgos a correr
Dentro de los riesgos que puede correr la persona con diabetes se encuentra la posibilidad de padecer lesiones progresivas en diferentes órganos, como en los ojos, los riñones, el sistema cardiovascular, el sistema neurológico y la piel.
A nivel cardiovascular, se puede observar el aumento de la incidencia de enfermedades vasculares como el Infarto agudo de Miocardio, el Accidente Cerebro Vascular (ACV) y los trastornos circulatorios sobre todo en miembros inferiores.
Con respecto a complicaciones oculares podemos mencionar glaucoma, cataratas y retinopatía diabética. Esta última puede llevar a la insuficiencia renal, y el compromiso neurológico del sistema nervioso periférico genera complicaciones en la sensibilidad periférica: dolor espontáneo, menor sensibilidad (riesgo de lastimarse sin darse cuenta).
Fuente: Diario La Nacion