Como cada 6 de junio, se conmemora el Día Mundial del Trasplantado, día que está en el foco de las distintas organizaciones sociales que buscan acrecentar la necesidad de donantes. Pero esta fecha también sirve para concientizar sobre los cuidados que deben tomarse tras la intervención.
En Argentina, durante el 2017 se realizaron 1.218 trasplantes renales, 424 hepáticos, 113 cardiacos, 57 reno pancreáticos y 42 pulmonares. La participación de todos los actores activos de la sociedad permitió que los médicos pudieran salvar estas vidas.
“El trasplante de órganos se consolidó como tratamiento médico para dar respuesta a determinadas patologías, permitiendo salvar y mejorar la calidad de vida de miles de personas. Por esto, es importante que tomemos conciencia sobre el aporte que cada uno de nosotros podemos generar para dar una segunda oportunidad tanto a adultos como niños”, explicó la doctora María Valeria El Haj, Directora Médica de vittal.
Con todo, existen consideraciones médicas posteriores al procedimiento para tomar en cuenta. Una vez recibido el órgano trasplantado y a fin de evitar el rechazo del organismo, el paciente debe recibir medicamentos (inmunosupresores) para atenuar la respuesta del sistema inmune, que mediante su mecanismo defensivo tiende a destruir todo agente extraño.
Durante los primeros meses posteriores al trasplante, se requiere una relación estrecha con el médico tratante a través de exámenes y revisiones médicas periódicas. Es importante el seguimiento estricto de la medicación, así como los cuidados higiénico-dietéticos: el trasplantado debe controlar periódicamente su tensión arterial, su temperatura y su peso. La alimentación debe de ser sana y equilibrada.
A la inversa de lo que se cree, una persona a la que se le trasplanta un órgano no tiene impedimentos para practicar deportes, ni realizar tareas habituales. La actividad física contribuye al desarrollo físico, intelectual y socio afectivo de toda persona.
En la etapa post trasplante es recomendable introducir nuevos hábitos saludables y abandonar aquellos nocivos como la mala alimentación, el tabaquismo o el consumo de alcohol. Pero por sobre todo, es fundamental iniciar o continuar ejercicios físicos adecuados.
A través del deporte se demuestra la calidad de vida que puede gozar una persona que ha recibido un trasplante.