Mantenerse hidratado, reducir el consumo de sal y utilizar ropa apropiadamente abrigada para hacer ejercicio, son algunos de los consejos que dan los especialistas a aquellos pacientes con enfermedades cardíacas o coronarias
Los cambios de temperaturas ponen a prueba el cuerpo, forzando a varios de sus sistemas, especialmente el sistema cardiovascular. Entre los esfuerzos adaptativos del organismo se encuentra el aumento de la frecuencia cardíaca, la pérdida de líquidos por dilatación periférica de vasos menores y capilares, y el aumento de la frecuencia respiratoria.
«De alguna forma, es como si el corazón tuviera que soportar una prueba de esfuerzo. Los cambios de estación, especialmente en épocas de frío, pueden influir en la actividad corporal modificando el tono simpático, la viscosidad sanguínea, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, que tienden a aumentar, incrementando a su vez la demanda de oxígeno del organismo», asegura la doctora Sandra Swieszkowski (M.N. 84.898), coordinadora de Unidad Coronaria del servicio de Cardiología del Sanatorio Otamendi.
Estas dificultades tienen especial impacto en pacientes con antecedentes de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorias. Por este motivo, deben ser tenidas en cuenta algunas pautas que ayudarán a mantenerse saludable.
Según estimó la Secretaría de Salud de la Nación el año pasado, uno de cada cinco fallecimientos en el país es atribuible a causas cardíacas
Como medida general, hay que tener en cuenta que no es conveniente exponerse a bajas temperaturas. También es fundamental hidratarse en cantidad suficiente para evitar riesgo cardiovascular.
El alcohol no es recomendable durante los momentos de bajas temperaturas: además de no ser un buen rehidratante, no aumenta la temperatura corporal. Swieszkowski explica que «la ingesta excesiva y brusca de bebidas alcohólicas puede provocar trastornos en el ritmo cardíaco y un cierto grado de insuficiencia contráctil».
Un aspecto muchas veces soslayado en el manejo del frío para el organismo, es que descansar la cantidad necesaria de horas es fundamental. Según Swieszkowski: «La falta de sueño aumenta los niveles en sangre de las hormonas del estrés: durante estos meses las personas suelen estar más preocupadas, lo que incrementa la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. Esta es de las temporadas con mayor número de infartos«.
Otra variable importante a observar es el uso de indumentaria adecuada para la realización de actividad física. Utilizar abrigo apropiado y suficiente de tal forma que se mantenga una exigencia cardíaca adecuada respecto de la regulación de la temperatura corporal.
En síntesis, el Servicio de Cardiología del Sanatorio Otamendi recomienda, para aquellos pacientes con enfermedades cardíacas o coronarias, que tengan en cuenta los siguientes consejos:
– Es fundamental mantenerse hidratado. Las recomendaciones varían, pero existe un consenso sobre la necesidad de tomar al menos 2 litros de agua por día.
– Limitar los esfuerzos físicos al aire libre en horas de temperatura muy bajas. Y si es posible, evitar salir a la calle en esos momentos.
– No interrumpir la medicación prescripta.
– No excederse en la ingesta de comida. Para ello, optar por un menú de fácil digestión, que incluya frutas y verduras. Evitar productos elaborados con un alto contenido de sodio y reducir el consumo de sal.
– Evitar cambios bruscos de temperatura sobre todo a la hora del baño: bañarnos con agua muy caliente dilata los vasos sanguíneos lo que produce una lenta circulación de la sangre.
– Usar ropa adecuada al clima y al nivel de actividad que se vaya a realizar.
– Tener en cuenta que los pacientes cardíacos pueden elegir el destino vacacional preferentemente evitando países con temperaturas extremas y lugares con altura por encima de los 2.000 metros. La altura puede también afectar a quienes tienen alguna patología cardiovascular. Según Swieszkowski esto se debe a que «cuanta más altitud haya sobre el nivel del mar, menor concentración de oxígeno habrá en el aire, y consecuentemente, menos oxígeno en la sangre, lo que se traduce en una sobrecarga adicional para el corazón».
Cuáles son los síntomas de alerta frente a un ataque cardíaco
Según la Dra. Sandra Swieszkowski, los síntomas son los siguientes:
– Dolor o presión en el tórax que permanece por varios minutos o que desaparece y luego regresa.
– Molestias en la parte superior del cuerpo: puede ser uno o ambos brazos, espalda, cuello, mandíbula o estómago.
– Sensación de falta de aire.
– Si presentara signos como sudor frío, náuseas o mareos, consulte inmediatamente a un profesional o centro de salud.
«Notamos un incremento de consultas de paciente cardíacos. Por esta razón, destacamos los cuidados en estos días en particular, pero también durante el resto del año», sostuvo la especialista.
El Sanatorio Otamendi, que en 2018 celebró su 90º Aniversario, cuenta con áreas de Cardiología Intervencionista, Cirugía Cardiovascular, Cardiología Clínica Ambulatoria en consultorios externos y atención de demanda espontánea.
Ofrece la posibilidad de realizar estudios de Imágenes Cardiovasculares en áreas como Radiodiagnóstico, Ecocardiografía y Medicina Nuclear. Además, posee un equipo de especialistas en Electrofisiología capacitado en la atención de arritmias, realización de Holter Electrocardiográfico, control de marcapasos y electrofisiología invasiva, entre otros procedimientos.