En Argentina hay 90 mil personas con Mal de Parkinson, de los cuales el mayor porcentaje son Adultos Mayores. El 1% de los mayores de 65 años y el 2% de los mayores de 80 años padecen esta enfermedad, siendo más frecuente en los varones.
Desde 1973, cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Mal de Parkinson, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el aniversario del nacimiento del doctor Jones Parkinson (1775-1824),cirujano y paleontólogo británico que en 1817 describió por primera vez las características de esta enfermedad.
El Mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central. “Esta enfermedad evoluciona en décadas, con una clínica distintiva caracterizada por una lentitud de movimiento, rigidez y temblor que se manifiestan en el reposo. Asociado a esto aparecen trastornos de la postura y de la marcha. Además de los síntomas motores aparecen síntomas autonómicos como hipotensión, ortostática (caída significativa de la presión al ponerse de pie), constipación, pérdida del olfato y compromiso cognitivo conductual”, detalló Regueiro.
En la Argentina 90.000 personas padecen el Mal de Parkison y según los especialistas cada vez existen más y mejores tratamientos para abordar la enfermedad.
Un «marcapasos» que se coloca en el cerebro y mejora los movimientos involuntarios, fármacos más efectivos, terapias alternativas y cientos de investigaciones que buscan mejorar la calidad de vida y encontrar una cura es el escenario que encuentran hoy quienes padecen Mal de Parkinson.
«Ser diagnosticado hoy con Parkinson es muy diferente a lo que sucedía hace 50, incluso 10 años atrás. Si bien algunas terapias como la Estimulación Cerebral Profunda (ECP) existen desde 1987, las características de los dispositivos actuales eran impensadas», indicó a Télam el neurocirujano Fabián Piedimonte, de la Fundación Cenit, a 200 años del descubrimiento de la enfermedad.
El especialista explicó que la ECP es una cirugía en la que se introduce una especie de «marcapasos» (electrodos) en el cerebro para regular su actividad: «Cuando comenzamos a realizar ese tratamiento, los electrodos tenían un sólo punto de estimulación y lo único que podíamos hacer era ‘prenderlos o apagarlos’. Hoy los electrodos tienen cuatro puntos de contacto y las combinaciones que se pueden hacer son infinitas porque podemos activar uno, dos, los cuatro, cambiar la polaridad, el voltaje, etcétera», detalló.